Buscando entre mis antiguos escritos, hallé este texto, que al parecer no terminé y espero para quién lo lea, además de comenzar a reflexionar, termine queriendo saber qué pasó después.
No sé por donde empezar esta historia, pero os diré que no es algo para reír o llorar, para verla y estar sólo de acuerdo con ella, ni menos para leerla sin siquiera tomar en cuenta su significado, esta historia es para reflexionar, para aprender y guiarse si uno desea a través de esta experiencia que no le ocurrió sin más a la persona que en ella se refiere, pues esto le cambió la vida y para mejor, pero a través de mucho desconsuelo, y de pocas alegrías, alegrías que sin duda fueron de mucho valor. Pues, poned atención y pensad en ella cada día en que veas que algo parecido a lo que al protagonista de esta historia pasó, se presente en tu vida. La historia comienza así: 
“Iba un día Anoke caminando por la calle que se encontraba a seis cuadras de su casa, si mal no recuerdo, pensando en las cosas que había visto esa mañana mientras desayunaba un café y su emparedado favorito, en las noticias matutinas: subiría el precio del transporte público, no se presentaría en el país aquella famosa banda, los intentos para mejorar el servicio de Internet fallaron, una celebridad chocó una cerca mientras conducía ebria, un gatito quedó atrapado en un arbusto, un presidente tropezó mientras se dirigía a otro presidente, se cancelaba esa serie que pocos veían pero que costó millones de dólares en hacerse, y muchas otras cosas más que ya no recuerdo. Pues Anoke recapacitaba en ello preguntándose qué significado tenía en el mundo todo aquello de lo que tantos parecían preocuparse, qué importancia tiene que alguien no venga al país o que una persona como cualquiera pase una vergüenza frente a miles de espectadores. Él no lo sabía, sólo sabía que ahora se dirigía hacia a algo más grande, algo que tenía que ver con su vida y con la de los seres más cercanos a él..."