No podía dejar de pasar esta historia, hoy mi padre me reveló algo muy importante...
-Tanto que escribes en el computador.
-Estoy hablando con la Fran.
-¿Y de qué hablan?
-Cosas de hermanas -me río.
-Ah, pero ustedes no son hermanas, se me olvidó decirles -me dice tranquilamente.
-¿Ah, no?
-No, te contaré la historia: Cuando con tu mamá nos venimos de Rancagua a Arica, veníamos con el Guido solamente que estaba chico aún. Llegamos un día a Antofagasta donde se nos acercó una señora llorando y nos pasó una guagua preguntando si nos podíamos quedar con ella... y ahí nos quedamos contigo.
-¿Entonces no soy de Rancagua, soy de Antofagasta? -pregunté.
-Sí, y la historia de la Francisca es más triste aún, ella venía de Oruro, Bolivia. La trajeron de contrabando y ahí nos quedamos con ella.
-¿Ambas somos adoptadas? Creí que solo la Fran.
-No. Ahora le puedes contar a "tu hermana".
Resulta que la historia en que el doctor me tiró de un quinto piso en una caja cuando nací, creyendo que yo era un gato, era falsa.









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